Yo no quiero el homenaje

Las matemáticas no engañan.
La presente temporada termina el día 13 de Mayo, estamos a 11 de Abril y en la web oficial podemos leer esto

"De la enfermería cabe destacar que Kanouté sufre una lesión en isquiotibial y el periodo de baja será aproximadamente de entre cinco a seis semanas."

Pues nos encontramos con que desgraciadamente Kanouté ha dicho adiós a la temporada y a su paso por nuestro club.

A partir de aquí se han empezado a pedir desde diferentes sitios homenajes para uno de los pocos jugadores que se puedan considerar leyenda sin haber abandonado aún el club.
Yo no quiero el homenaje, de momento no.
Yo estoy como el niño que viste la túnica de su hermandad mientras ve como cae la lluvia en el exterior, con los ánimos con los suelos, pero con esa pequeña esperanza de que al final todo se solucione y poder disfrutar.
Yo no quiero el homenaje, de momento no.
Yo quiero decirle a nuestro gigante, tanto en lo físico como el lo humano, que se deje de rollos, que se recupere pronto por que estamos esperando que se despida de nosotros desde el césped, vestido de corto, con nuestro escudo en el pecho.
Mención aparte merece la iniciativa promovida por Santi Mora en su blog y que viene a decir algo así como "Por un homenaje a Kanouté en el derbi" . Otra  vez vuelve el mismo personaje a este rincón, aunque yo se que le gusta :-)
Vamos a ver como explico esto.
Si ya pido que no se le de el homenaje hasta que no exista la mínima posibilidad de reaparición sería el colmo que este homenaje tuviese lugar en el citado partido.
El homenaje debe ser con los suyos, sin nadie que pueda enturbiar el momento con algún cántico fuera de lugar.
Por otro lado considero que los del otro equipo ya han disfrutado bastante de él como para regalarles la vista con la despedida de un mito. Si esto es así le diría a mi consejo de administración que si esas entradas para la afición rival en el derbi tienen un coste de 50 Euros pasaran a costar 100. 50 pavos por el partido y otros 50 por tener el privilegio de asistir a la despedida de un jugador que marcará un antes y un después en la vida del fútbol de esta ciudad.
Dicho esto sigo pensando como al principio.
Por mucho que llueva fuera, por mucho que el cielo se haya cubierto de negros nubarrones, por mucho que el pesimismo lo invada todo yo no me quito la túnica mientras el hermano mayor no me confirme los peores augurios.
Deja que siga con la ilusión a pesar de que las matemáticas no engañan.
Yo no quiero el homenaje, de momento no.