jueves, 12 de marzo de 2015

Café para todos

Uno tiene ya una edad y ha visto ya de casi todo. Recuerdo como hace algunos años, cuando se confirmó que la hermandad de El Cerro realizaría estación de penitencia a la Santa Iglesia Catedral, como un vecino de aquel barrio se lamentaba de este hecho diciendo que él la veia muy tranquilo cuando realizaba su salida por el mes de septiembre y que ahora le resultaría mas complicado disfrutar con la reina de El Cerro del Águila.
Hoy me ha venido el recuerdo cuando estaba a punto de echar el corazón por la boca con los nervios del partido. Con los nervios de este partido, y el de Alemania, y el del Español, y en todos los que nos jugábamos la vida.
Recordaba lo tranquilo que vivía cuando nuestra temporada era alcanzar los puntos necesarios para situarnos en la mitad de la tabla e intentar de vez en cuando alcanzar plaza europea.
Ahora no. Desde que aterrizaron en Sevilla una serie de jugadores que nos enseñaron que "los sueños se cumplen" no hay semana en las que en el estómago no vuelen mariposas. Que si, que antes también volaban, pero las de ahora tienen las alas de metro y medio por lo menos.
Lo peor es que este cosquilleo engancha una barbaridad. Es tan adictivo que unos minutos después de terminar el partido estamos deseando de volver a poner otra vez el corazón a cien con el siguiente, porque nosotros no somos vende-colchas y sabemos que todavía hay que pelear mucho en esta eliminatoria, a pesar del enorme resultado que nos traemos desde tierras valencianas.
De todos modos creo que entre "infarto" e "infarto" debemos pararnos un poquito a saborear lo vivido. Saborear el gran partido realizado por los nuestros, el recital de Mbia, de Iborra, de Vitolo, de Sergio Rico. Y que mejor para ello que comentarlo alrededor de un buen café.
Café para todos, aunque a alguno le suelte la barriga e intente ocultar sus miedos en una rueda de prensa previa ridícula.
Café para todos aunque a alguno le ponga demasiado nervioso y tenga que marcharse al vestuario antes de tiempo.
Mucho camino recorrido en esta eliminatoria aunque debemos rematar en casa ante un muy buen Villarreal. Los nervios de nuevo volverán y otra vez recordaré lo tranquilo que vivía en los años 90, pero igual que el aquel vecino de El Cerro, al cual me encontré años después diré "que tranquilo estaba antes, pero que bonito es vivir esto".