Otro año igual, otro año igual

A un técnico se le pide que tome decisiones, que observe los errores y aporte soluciones. Hoy ha cambiado el plan con una alineación tan novedosa como arriesgada y le ha salido a la perfección.
El partido y el resultado conseguido en la ida, además de la fragilidad  mostrada en los últimos encuentros, demandaba una mayor fortaleza defensiva, y eso se plasmó sobre el césped con la alineación de tres centrales (uno de ellos un gran Sergio Sanchez) junto a dos carrileros, con tres centrocampistas y dos delante.
No se si este sistema habrá descolocado al Villarreal, pero lo que es cierto es que el Sevilla no solo se hizo dueño del balón, sino que era el que llevaba casi desde el primer minuto el peligro al área rival.

Como dato curioso, comentado por Joan Morán durante el encuentro vía Twitter, en el partido que hemos prescindido de nuestro santo y seña, como son los extremos, hemos realizado posiblemente nuestro mejor partido en ataque.
Negredo ha estado inmenso, Kanouté en su línea, Dabo sensacional en el carril izquierdo y Romaric... Romaric cuando quiere es el amo, y últimamente quiere siempre.

El Villarreal por su parte no encontró nunca su sitio, su centro del campo se vio superado en todo momento por las ganas y la calidad de los nuestros, con un Romaric que ha vuelto a merendarse a Borja Valero, que si bien me parece un buen futbolista no creo que esté al nivel para generar tanta polémica, y un Renato que ha vuelto a ser determinante, con gol incluido.
Tercera temporada en semifinales de copa, que se dice muy pronto.
Resultado global de 6-3 ante un buen equipo que ha sido superado en todo momento por un muy buen equipo sevillista. Quizás el mejor en lo que va de temporada.
Noche grande en Nervión, con el equipo en la siguiente ronda, y con la vuelta de Sergio Sánchez a su casa y a su mundo.
Felicidades a Sergio
Felicidades al sevillismo