Era lo que quedaba. El equipo no convencía, había naufragado en Champions, en la Supercopa, en los encuentros de casa, pero había encontrado una tabla a la que agarrarse y esa no era otra que los encuentros que disputaba como visitante. Pues hoy esa pequeña tabla, diminuta diría yo, se ha roto en mil pedazos ante un equipo que ha hecho lo justo para sacarle los colores a este Sevilla sin alma.
Álvarez puede haber estado ante su último encuentro al frente de la primera plantilla. El equipo está roto y es obvio que necesita un cambio. Pero el fracaso de hoy no puede achacarse solo al técnico sino a la suma de varios factores.
Al técnico por su falta de respuesta ante los problemas que se van presentando a lo largo de un encuentro. Falta un plan B y su idea de tener a toda la plantilla contenta hace que haya jugadores que se arrastren por el terreno de juego. Luis Fabiano simplemente no está, pero es capaz de tenerlo paseando por el campo antes de arriesgarse a un posible enfado.
Pero además del técnico me llama la atención la falta de implicación de muchos futbolistas. Resulta curioso mirar un partido mientras vas leyendo los mensajes que van llegando de sevillistas a Twitter con los mismos objetivos partido tras partido. Da igual lo que hagan Acosta o Romaric (para mi de lo poco que puede hoy salvarse) que siempre serán el objetivo de todas las críticas, mientras que de los pesos pesados que deambulan por el campo nadie se acuerda. Hay actualmente en esta plantilla jugadores acomodados. Soy de la opinión que con la plantilla actual es mas que suficiente para ganarle al Hércules, al S. de Braga, al Depor y al Racing aunque en la banda no haya nadie.
Si a todo esto le sumamos que los jugadores mas en forma en este inicio liguero estaban en el banquillo (Perotti y Negredo) o ni siquiera convocados, como el caso de Konko, nos demuestra que se sigue pensando mas en el siguiente encuentro que en el que tienes de forma inmediata.
Con todo pienso que si llega a entrar alguna de las ocasiones que tuvo Acosta con el 0-0 en el marcador la cosa hubiese sido bien distinta pero, al igual que pasó en Braga, el balón no entró y como en el mundo del fútbol los "y si..." no valen (Guardiola dixit) lo que pasó fue que Zokora hizo el penalti tonto de la jornada que suponía el 1-0 para el rival. A partir de ahí un quiero y no puedo y un segundo gol en el segundo remate entre los tres palos del Hércules.
Hubo un tiempo en el que en el mundo del fútbol mandaba el espectáculo por encima de cualquier cosa, pero a alguien se le ocurrió hacer el balón redondo y desde entonces mandan los resultados. Ahora no hay ni de lo uno ni de lo otro.
Recuerdos de la Semana Grande
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Terminada la Semana Santa retomo la actividad en este blog para hacer un
paseo por los recuerdos que me deja la Semana Grande de Sevilla.
Pero no quiero hab...
Hace 12 años
3 comentarios:
No hay justificación Rafa. Aquí tienen que salir unos cuantos a patadas por la puerta de atrás. Un abrazo.
y ahora gritad...MACHO HERCULES..
@ anónimo:
Pues si,Macho Hércules, la liga ha salido ganando con el cambio.
Recuerdos a Hugo
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