jueves, 2 de octubre de 2014

No me hablen de épica.

El barco navegaba poderoso, veloz, confiando en sus posibilidades, pero un día al capitán del barco se le ocurrió decir que el barco podía hacer aguas, que no eran tan poderosos como su tripulación creía. A partir de ahí el barco empezó a hacer aguas.
El resumen sencillo de lo sucedido hoy podría ser que el Sevilla ha notado demasiado el penalti y la expulsión de Kolo. Error, el penalti y la expulsión son consecuencia de un desastroso planteamiento, incapaz de tumbar a un rival muy inferior cuando todo estaba a favor. Todo esto por obra y gracia de Unay.
Porque del mismo modo que se le ha alabado al vasco cuando lo ha hecho bien es totalmente lícito criticarlo cuando lo hace como hoy.
El empate de Mbia en el descuento sabe a gloria después del desastre de partido realizado por los nuestros. Un partido sin tensión, dejándose contagiar por un rival que casi se encontró con la jugada determinante del partido, y lo hizo porque el Sevilla se lo permitió.
El mensaje del entrenador cala en el vestuario y este con su planteamiento en el Calderón, su posterior rueda de prensa y no meter veneno en el cuerpo hoy a sus jugadores cuando el partido estaba para finiquitarlo y pensar en el Deportivo tienen estas cosas. Hay que pedir a los astros que de nuevo aparezca en el descuento el de siempre a medio solucionar el desastre.
Es que ni ha buscado el empate, que ha llegado en una jugada aislada.
Dificil tarea tiene el vasco la de volver a enderezar lo que él ha torcido.
Hoy era el día perfecto para haber convencido de nuevo a los suyos, no quiso y prefirió jugar con el resultado en vez de mandar un mensaje contundente con un cambio ofensivo cuando el rival estaba muerto.
De nuevo no quiso.
No me hablen de épica porque eso no lo he visto hoy. Épica es dejarse la piel en el campo para conseguir algo imposible.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Emery sigue demostrando que es un entrenador más, no ni un estratega, ni es inteligente y es demasiado cohibido. Nervioso, dudoso, la antítesis del Cholo. Esta es la imagen que transmite al equipo, por eso un día a los chavales les salen bien las cosas un día y al otro de otra forma. No hay un director que sepa corregir los defectos de planteamientos. No lo hay, porque no sabe. Está siempre en manos de sus jugadores, los que él pone, claro. Menos mal que el Sevilla, por fin, tiene suerte. Tenemos suerte. Hoy si somos un equipo afortunado. Pero, claro, la suerte también cuenta. Es lo que hay. Cuando veo a Marcelino Ga. Toral en el Villarreal, por poner un ejemplo y lo comparo con el Hombre apocado y nervioso que teníamos aquí, yo me pregunto: ¿qué pasa en las interioridades del Sevilla? Porque desde luego no le hacen ningún favor a nuestro equipo.

Talibán Sevillista dijo...

@Anónimo;
Bueno, Marcelino no es muy buen ejemplo, ese se vino abajo cuando las balas dejaron de ser de fogueo y se convirtieron en balas de guerra. Ahí se vió la personalidad del señor Toral, que después, desde la lejanía, se dedicó a mandar mierda a componentes de la plantilla para tapar su fracaso.
Un saludo