martes, 18 de marzo de 2014

¿Y ahora?

El pasado viernes fue tu día. Ni en el mejor de tus sueños imaginaste un despertar así, pero la diosa fortuna te sonrió y por un momento conseguiste tocar el mismo cielo con las manos.
Pero las horas han pasado y han vuelto tus dudas, tus miedos. Ese miedo que te hace dudar de tus posibilidades, ese que te hace maldecir por no haber aprovechado esa noche mágica en la que a ti te salía todo y a tu rival nada. Porque esa distancia que el viernes te parecía bestial ahora la miras con recelo.
Es que los que vienen no son cualquiera. Son los de rojo, los que llevan el nombre de la ciudad por la que paseas, los que dicen y demuestran que nunca se rinden, los que en tus últimos 28 años solo los has visto salir derrotados en tres ocasiones.
Las horas han pasado y has visto como los tuyos son lo que son, y lo han vuelto a demostrar un fin de semana mas, tirando por la borda uno de los últimos clavos que quedaban para agarrarse. Que te han estado engañando y que por mucho que diga la prensa tu equipo es el mismo fantasma de hace un par de meses.
Han pasado las horas y al ver a tu rival pasar por encima del Valladolid este domingo piensas que ese mismo equipo que ha sido barrido del césped te saca 8 puntos.
Y te entran las dudas, y temes lo peor, porque ahora que lo tienes todo de cara te das cuenta que el que vas a tener enfrente es muy superior a ti. Porque ya te pudo golear el jueves, pero ese día te libraste aún no sabes como.
Y caes en la cuenta de que te vendieron un partidazo, pero en la primera mitad te pudieron caer cinco. Caes en la cuenta de que te engañaron, que quizás Calderón no sea un iluminado sino un loco que tiró a la basura cualquier posibilidad de viabilidad de un club en ley concursal al que le va la vida permanecer en primera. Pero no, el se dejó llevar por aquello tan vuestro de ser el primero, desconociendo que esto no es una carrera, esto es fútbol y solo se cuenta cuando se levanta plata.
Se acerca el día y tus miedos crecen, y esos miedos te pueden. En ellos has visto que al final no eres nadie, que a pesar de que salgas vencedor en la batalla del jueves el grande es otro. Y eso te pone de los nervios. Y has visto las colas, y has visto a ese estadio volcado con los suyos pensando que la remontada es posible. Es que si hay alguien que sabe que la remontada es posible eres tú.
Con lo bien que estabas el viernes y ahora eres un mar de dudas. Esas dudas que te hacen recapacitar sobre tus sentimientos, esas dudas que te aclaran que pase lo que pase el grande es el que viene el jueves.


2 comentarios:

Taxista Sevillista dijo...

PURO EVANGELIO SEGUN SAN RAFA,POR LOS SIGLOS DE LOS SIGLOS,AMEN

El del Piquito dijo...

Hubiera sido mejor para ellos que el portero no se pareciera a Palop.
Hubieran sufrido menos...